cuento Abierta

Camiseta de tirantes

Era una noche fría, pero yo sentía calor. Ese sentimiento de estar recostado cerca de la fogata en un campamento de verano, escuchando a los grillos y observando a las luciérnagas.

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Domingo

¿Es mi nombre? ¿Eso que se escucha es mi nombre? Quiero abrir los ojos, pero no puedo; apenas y llego a la mitad de la capacidad de mis párpados para abrir toda mi cavidad visual y, cuando lo logro, el telón se vuelve a cerrar con mayor facilidad con el que se abrió.

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El “llamado”

A diferencia de muchas personas, mi vocación no nació de un “llamado” interior, casi místico, ni de una pasión irrefrenable por dedicar mi vida a ella. Permítame explicarle.

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El acorde de un contrabajo

Cuando era niña, íbamos algunos fines de semana a Cuernavaca a la casa que los abuelos tenían en la calle de Pericón, muy cerca del hotel Casino de la Selva.

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El epílogo de un recuerdo imperfecto

5:23 AM. Un olor a sudor, sangre, cigarro y alcohol venía de una cantina en el centro de la Ciudad de México, una cantina atrapada en el tiempo, de esas que no han cambiado las butacas desde la época de los treintas, con un estante lleno de curiosidades que han dejado los clientes y de la historia de la cantina.

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La sombra

En la oscuridad de la noche, una sombra se deslizaba por las paredes, desapareciendo a veces bajo una farola, otras en un hueco sin luz.

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La terapia

Me enteré de que no fui deseado. Fui producto de un engaño: mi padre biológico manipuló a mi madre, quien, con apenas 17 años, me dio a luz hace 51 años.

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Los tres reinos

El Reino de No Molestar se encontraba en la parte norte de un pequeño valle. A veces la vida era complicada para sus habitantes, porque nadie quería incomodar ni alterar a los demás, así que lo que parecía cordialidad resultaba a veces en un detonador de dolor, incomodidad y resentimiento.

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