Mi Cuenta CDI

El Holocausto contado por los sobrevivientes

Centro Deportivo Israelita, A.C.

Marzo 1933 el brote de un poder macabro

Inge Chaskel – Alemania (Colombia) Hitler llegó al poder, eso supe de mi madre porque yo no había nacido todavía. Hitler no atacaba tanto a la religión en sí, sino a la raza. Él quiso la ‘raza pura’, y no éramos de esa ‘raza’. Nunca se había hablado de razas en Alemania, nunca. 

Septiembre 1939 comienza la opresión

Hans Peter Katz – Austria (México) El director de la escuela nos dijo: “Y no pueden ustedes ir a la escuela, porque esta escuela es únicamente para ‘arios’, así que tal vez habrá oportunidad de una escuela judía, pero por lo pronto tomen sus cosas y ya no regresen el día de mañana”. Entonces para mí fue la aparición del antisemitismo. En 1940 Alemania atacó a Bélgica. La pareja con la que estaba yo, y otra pareja de judíos también, decidieron refugiarse en Francia. Después nosotros seguíamos huyendo de los alemanes, pero llegó un momento donde los alemanes ya estaban delante de nosotros; los alemanes estaban motorizados, los franceses iban en caballos o en camiones. Nos quedamos en una especie de rancho abandonado por sus dueños. Después de haber huido de los alemanes un mes y medio, regresamos a Bruselas. Los alemanes ayudaban inclusive a la gente a regresar, porque ellos estaban interesados en que las carreteras quedaran limpias de refugiados para que pudieran ellos mover sus tropas. En 1941 los judíos fueron obligados a llevar la estrella amarilla cocida a la ropa. Me recuerdo: yo estaba muy orgulloso como si tuviera una medalla, me fui a caminar a los bulevares y a las calles principales digamos, de la ciudad de Bruselas, y me insultaron: “Ese sucio judío…” Los belgas aprendían de los alemanes.

Jaime Segal – Besarabia, Rumania (Panamá) Ya había comenzado la guerra entre Alemania y Rusia, entonces el gobierno rumano ya era un Gobierno pronazi y ya venían sembrando el odio contra los judíos, aunque todavía no se metieron directamente sino solo a nivel, digamos popular; exaltaban pues al pueblo contra los judíos pero no llegaron a alterar la vida cotidiana, entre comillas. Hubo un pacto firmado de no agresión entre Alemania y Rusia. Entonces, todo el año cuarenta que hubo ocupación rusa, vivimos un periodo de gran angustia y de miedo, de que cualquier noche se presentara la policía secreta rusa y nos embarcara hacia Siberia. Y el otro detalle del pogrom es que en las primeras 72 horas hubo una matanza de judíos en nuestra ciudad, de aproximadamente unos cincuenta. Entran los rumanos y nos encontramos con que, en vez de sentirnos liberados, se convierten en aliados de los nazis y hacen ese pequeño pogrom.

Junio 1939 invasión, guerra, persecución… captura

Pierre Wolff – Francia (El Salvador) Invadieron Polonia en septiembre del 39, después invadieron en el cuarenta a Francia, y casi todo Europa fue ocupado por las autoridades alemanas. Una vez que estaban establecidas las autoridades alemanas, ellos sacaron leyes antijudíos especialmente, antirracistas, y también contra gitanos. Los judíos teníamos que llevar una estrella para distinguirnos de los no judíos, la usábamos todos. Y además tuvimos que presentarnos a las alcaldías con nuestra tarjeta de identidad, y nos pusieron un sello: judío. Al mismo tiempo sacaron leyes en las que no podía ir al cine, que no podía ir a campos de fútbol o a parques, que no podía salir después de las 18:00 o 19:00 horas, no podías.... Había horas limitadas. Se podía ir a un almacén entre las 14:00 y 15:00, y no se podía a las 17:00 horas.

Eugenia Unger – Polonia (Argentina) Desafortunamente en 1939 cuando estalló la guerra, los nazis atacaron Polonia desde el primer momento. Estuvimos en familia, yo agarraba a mi papá del pantalón porque era la más chica… “Papá, ¿qué pasa, papá?” “¡Están bombardeando!”, respondió. Yo ni sabía qué era bombardeo, pero vi los aviones en lo alto, y gritaba: “¡Papá, papá!, ¿qué pasa?” Contestó: “No pasa nada. Estos son nuestros”. Un polaco decía: “Son nuestros, son nasz, nasz.” Pero después cuando empezaron a bombardear Varsovia ya no eran nasz, ya eran de los nazis. Este momento nunca se me borró de mi mente. No había agua, no había panadería, no había nada para comer; de noche era bombardeo de artillería; en la mañana y la tarde de bombardeos. No sabíamos a dónde ir, porque toda Varsovia estaba en llamas; y ellos tiraban esas bombas, que cuando caían incendiaban todo, y entonces empezó a caer el fuego de un lado, de otro, de otro. Así vivimos dos o tres meses hasta que invadieron Polonia. Corríamos de un techo a otro, mi papá me gritaba: “¡Guinucha!” Porque en polaco me llamo Guinucha. Me agarraba de la mano, me gritaba: “¡Skocz!, ¡skocz!” “¡Salta!, ¡salta!” Me tenía de la mano de un balcón a otro, y me decía que saltara. “¡Papá, tengo miedo!” Me dijo: “¡Te van a matar si no saltas!” Y así salté de un techo al otro.

Septiembre 1938 la noche de los cristales rotos

Inge Chaskel – Alemania (Colombia) Teníamos mucho miedo porque sabíamos que Herschel Grynszpan había matado al secretario de la embajada; enseguida todo el mundo pensó: “Eso sí nos va a costar caro”. Era noviembre, y estaba en el colegio cuando me llamaron y me dijeron que había llegado mi madre. Yo me asusté muchísimo, porque ella nunca, nunca, había ido al colegio, ni lo conocía, eso no se acostumbraba, que los padres fueran. Y ella vino y me dijo: “Mira, tienes que traer tus cosas, tú no puedes volver allá, y vámonos rápido”. Fui por mis cosas. Y entonces en la calle sí vi la verdad. Los muebles volaban por las ventanas, los vidrios de los almacenes rotos, las mujeres en las calles gritando, llorando. Eso era tan, tan terrible. Ni hablar de comida que no se conseguía, y ya sabíamos que la sinagoga estaba en llamas, y también almacenes y casas, y… una total destrucción.

Septiembre 1938 el kindertransport

Hans Peter Katz – Austria (México) Mi mamá supo que se estaba organizando en Viena un transporte de niños judíos para Bélgica, autorizado por la Gestapo, o sea, permitido des alemanas y recuerdo que el recinto estaba ennegrecido por el fuego antiguo, y ahí, empleados de la misma comunidad judía con un brazalete amarillo, nos preparaban para el viaje. Nos pusieron una etiqueta de cartón con nuestro nombre, la ciudad, la edad, fecha de nacimiento, origen (creo); era como un cartón y arriba como celuloide para que no se echara a perder. Después entraron unos uniformados de la SA – todavía no había SS - y dijeron a las mamás que se despidieran de sus hijos porque no podían ir a la estación; y se despidieron llorando. Llegaron unos camiones del ejército, camiones verdes del ejército alemán y al cabo de tres días de viaje, el tren atravesó toda Alemania; llegando a Colonia, una ciudad gótica, antigua, tomamos otra vez camiones del ejército que vinieron a buscarnos. El tren nunca paraba en una estación donde había pasajeros. Los alemanes todo el tiempo ocultaron al pueblo alemán de los movimientos de judíos o de represión a judíos. Supimos que hubo algún problema administrativo para atravesar la frontera, eso se resolvió en tres días; y fuimos otra vez a la estación y ahí ya subimos a un tren belga en lugar de un tren alemán; y ya sin supervisión de la SA (Sturmabteilung). Y en el tren había enfermeras de la Cruz Roja Internacional; y nos llevaron, al cabo de dos horas, a una casa de campo muy grande con jardín, en la que estuvimos dos meses muy bien atendidos. Éramos 405 niños en el transporte. Y después de dos meses nos llevaron ya en camiones elegantes, camiones turísticos, a uno de los grandes hoteles de Bruselas. Nos colocaron con un propósito: para que la gente que viniera a escoger a los niños, pudiera circular y vernos de frente, de lado y atrás. Hasta que se quedó parada delante de mí una pareja, más o menos de 55 a 60 años de edad, hablaron entre sí, me miraron. Luego llamaron a una de las señoritas, que era una enfermera de la Cruz Roja, con un bloque de pedido, y ya estaba yo vendido a la pareja.

Junio 1941 formación de guetos

Liza Zajac Novera – Polonia (Argentina) Nos llevan a las mujeres, niños y ancianos a camiones; y los hombres, a partir de los 13 años caminaban. Eran 60 kilómetros más hacia el Este, a otra ciudad donde formaron el gueto. No sabíamos a dónde íbamos. Pero previamente, antes de movernos, antes de moverse los camiones, hicieron pasar al frente a los notables, que era un rabino, dos médicos, un abogado y algunos intelectuales más; y los fusilaron en nuestra presencia, ahí en la plaza. Este fue el primer paso del descenso al infierno. Nos llevaron caminando y se divertían con nosotros durante el camino, y al que no podía caminar lo hacían ir de rodillas, y más de uno quedó muerto en el trayecto. Así nos trajeron al gueto. Se entregó todo lo que teníamos a los nazis antes de sacarnos de nuestro pueblo. Nos otorgaron una pequeña habitación y dormíamos en el piso. Cuando uno se tenía que dar vuelta, tenían que darse vuelta todos los demás. Dentro de todo, esto todavía era un paraíso, porque estábamos todos juntos, todos estaban con vida; cada día traían de otros pueblos a más personas de alrededor.

Junio 1944 evacuación de guetos

Simón Burstein – Polonia (Panamá) Cuando los alemanes rodearon el gueto, comenzaron los disparos y la gente salía del pueblo. Como esa zona era muy conocida por mis tíos, mi tía, mi mamá; había bosques, granjas, ríos; entonces ellos sabían exactamente dónde podían esconderse. Parece que buscaban los huecos donde cavaban los topos, donde hacían sus madrigueras; y eso es lo que mis tíos a veces buscaban, las madrigueras de los topos para poder nosotros entrar. En una ocasión, en una madriguera, ellos estaban durmiendo y yo estaba despierto; de repente vi una mano metiéndose y quería tocar algo ahí, porque él sospechaba que había judíos escondidos en ese hueco; desperté a mi mamá, me calló: “Tranquilo, tranquilo”. Cuando anocheció un poco nos fuimos a buscar otro hueco, y por la noche del día siguiente oímos una explosión. El polaco que estaba buscándonos trajo a los alemanes, ellos agarraron con dinamita y explotaron ese hueco. Ese fue el tipo de miedos que nosotros hemos pasado.

Febrero 1943 camino a los campos de concentración

David Feuerstein – Polonia (Chile) Tenía un carácter que… quería defender todo esto y luchar. Tenía 16 años y medio. Mil hombres viajamos a Auschwitz-Birkenau durante tres días y tres noches: 200 murieron en el camino por falta de higiene. Estuvimos allá diez mil personas, la mayoría judíos franceses, de Salónica, de Corfú, también de Atenas, entre los 14 y 16 años. Muchos perecieron, casi el 90 por ciento.

Marzo 1943 la selección

Liza Zajac Novera – Polonia (Argentina) Separaron a los hombres de las mujeres. A los hombres los llevaron a otro lado. A las mujeres se nos empezó a seleccionar. Mujeres, niños, ancianos, todos subiendo a camiones con engaños, a dos cuadras estaban las cámaras de gas. No sabían a dónde iban. Nos desvestimos, hubo que dejar toda la ropa, nos raparon la cabeza. A mí me tatuaron con 33502. Al día siguiente cuando ya nos llevaron rapadas y desnudas, después de esto nos tatuaron y nos hicieron correr como dos cuadras por la nieve, desnudas, y después en las duchas no sabíamos qué iba a salir: agua o gas. Felizmente salió agua. Y después nos dieron unos trapos para ponernos.

Stella Feigin – Polonia (Argentina) Estuve, me parece, tres meses en Pawiak… y un día nos llevaron con trenes a Majdanek. Majdanek, era un campo de concentración donde había judíos y polacos, me acuerdo que nos llevaron antes que todo a los baños; y ya en aquel entonces sabíamos que los alemanes gasificaban a los judíos. Después supimos que judíos en el mismo baño donde uno se bañaba, también se ponía el gas.

Agosto 1943 las cámaras de gas

David Feuerstein – Polonia (Chile) Estuvimos dos días y dos noches en barracas, desnudos, sin nada. Fuimos 75 directo a la cámara de gas, que quedaba a cinco minutos caminando a pie… y cinco gritaron: “¡Venganza, venganza! Si alguien va a sobrevivir, que cuenten esto que pasó”. Y un SS, de alto rango, dijo: “Los camaradas van al paraíso. Ustedes pueblo elegido”. Lo dijo incluso en Hebreo, nos extrañó: “¿Estuvieron preparados para esto? Ustedes se van a encontrar en algunas horas…” En el 42 me llevaron a Alemania. No vi más a mi familia. Yo sobreviví, ellos no. Los enviaron a la cámara de gas el 15 de agosto de 1943.
Pierre Wolff – Francia (El Salvador) Mis padres según documentos oficiales, murieron en las cámaras de gas de Auschwitz. En Polonia era el más famoso campo de exterminio. También, habían campos en Buchenwald, Treblinka y Bergen-Belsen, que eran los peores de todos. ¿Sabes lo que es morir con gas? Yo no sé, no sé… es muy, muy difícil, muy tremendo, muy doloroso. A veces me digo: “¿Cómo dejé a mi mamá morir sola? ¿Qué coraje tenía de no quedarme con ella?” Pero no sé, estoy acá y ella se fue, tantos años… Era tan linda, tan inteligente, tan buena madre…

1944 la agonía

Stella Feigin – Polonia (Argentina) Hacerme alguien que no eres, no es fácil; pero pasaron meses, y después de Majdanek nos llevaron, me parece, a Ravensbrück, otro campo de concentración, pero que estaba en Alemania. Era más grande, con más rigor. Me recuerdo que yo arreglaba medias, en confecciones. En Ravensbrück nos mandaron tempranito, a las 6:00 de la mañana, a sacar tierra y hacer grandes pozos. Y en cuatro esquinas estaban alemanas con grandes perros. Por lo menos, teníamos que trabajar doce horas durante el día y otra semana de noche doce horas más. Trabajábamos haciendo armas contra nuestros amigos, porque no teníamos otra alternativa; porque si no, nos mataban; y era tremendo hacer armas contra nuestra gente. Y nos revisaban las armas que hacíamos, el armamento que saliera bien, porque si no, nos podían matar enseguida también.

Enero 1945 la marcha de la muerte

Eugenia Unger – Polonia (Argentina) ¿Por qué se dice marcha de la muerte? Porque vino una orden de que teníamos que salir urgente, esto fue ya en Auschwitz, porque los rusos se acercaban; entonces dijeron que todos teníamos que salir en un minuto, ¡éramos como un millón de personas! ¡Todos querían salir primero! Entonces los nazis nos sacaban primero y éramos su escudo humano ante los rusos.

Liza Zajac Novera – Polonia (Argentina) Llega enero del 45. Ya los estadounidenses habían pisado Francia, Francia ya era libre. Los rusos llegaron al campo de exterminio Madjanek, agarrando a los nazis con las manos en la masa, en las cámaras de gas estaban cadáveres y los crematorios estaban prendidos. Esto era más cerca de la frontera rusa, pero Auschwitz era del otro lado de Polonia, entonces ellos deciden aniquilar el lugar más terrible, que era Auschwitz. Entonces decidieron que nos iban a evacuar. El 95 por ciento de los que todavía vivían cayeron en el camino. Y así era ida y vuelta, ida y vuelta de un campo a otro.

Mayo 1945 libres…

Jaime Segal – Besarabia, Rumania (Panamá) Cuando los rusos se estaban acercando, se escuchaban en las montañas cercanas el cañoneo, y también los aviones tenían batallas, al final ellos nos liberaron. Tenía como 10 años y medio, y ya había vivido una primera etapa negativa bajo el régimen ruso en Rumania con la amenaza de ser enviados a Siberia, pero después vinieron como libertadores bajo el régimen nazi en la guerra.

1945 después de ser liberados

Helene Gutkowski – Francia (Argentina) Los judíos cuando volvían a su lugar en Francia, o prácticamente en todos los países, no encontraban las cosas como antes, como las habían dejado; o sea, mi papá tenía un negocio que estaba utilizado por otro; tenían un departamento que estaba utilizado por otro. Así que tuvieron que luchar bastante para recuperar todo eso.

Hans Peter Katz – Austria (México) Después de tres meses llegaban todos los días boletines, eran listas de sobrevivientes judíos por ciudades; yo visitaba esas listas, leía esas listas todos los días; y al cabo de dos meses me di cuenta de que mis padres ya no iban a regresar.

1947 adoptados en otras tierras

Hans Peter Katz – Austria (México) En el inter me afilié a una organización sionista, o sea, que ofrecía llevarnos a Palestina; no existía Israel como Estado todavía. Junto con otros veintidós muchachos y muchachas de mi edad… yo tenía, en 1945, 15 años de edad, listo para emigrar; no ilegalmente sino, el mandato que tenía el poder en Palestina en aquella época, aceptó dar certificados, que eran como visas, a los jóvenes judíos para ir a Palestina. Me llaman por teléfono un día, que llegó un telegrama; abro el telegrama, venía en francés, de México. Yo no tenía ninguna idea —como niño— de que una hermana de mi mamá estaba en México casada; y en su carta me ofreció que fuera a México. Y llegué aquí en abril de 1946.

1948 la indignación

Helene Gutkowski – Francia (Argentina) Es imposible disminuir la Shoá. Si uno es mínimamente culto, si mínimamente está consciente de lo que ha sido educado no puede negarlo. En el 2013 se descubrieron los archivos de Arolsen, en Alemania, kilómetros y kilómetros de archivos escritos por los propios alemanes. ¿Cómo, teniendo archivos, teniendo documentos en la mano, se puede negar o disminuir?

2013 las cicatrices

Liza Zajac Novera – Polonia (Argentina) Mi mamá pegó un grito: “¡Lea, corre!” Me escabullí y no me vieron. En ese momento no pensé para qué corrí ¿Para qué quería yo sobrevivir si se llevaron a toda mi familia? Pero uno en ese momento no piensa. Hubo gente que por un pedazo de pan podía delatarlo al otro, también. Lo que yo sí sé, es que mi tía y yo no podíamos perder el sentido del humanismo, aunque era muy difícil, muy difícil.

2014 la misión con la humanidad

Simón Burstein – Polonia (Panamá) Hay que enseñar al pueblo, a la humanidad a ser tolerante y comprender a las otras personas; si eres religioso, comprende a las demás religiones; si eres político, comprende a los demás políticos. Eso es todo lo que se puede decir.

Significados… Yom Hashoá