La última visita

Título: La última visita.
Género: Cuento.
Categoría: Secundaria.
Seudónimo: Estrella.

            Desde pequeña siempre he vivido con mi abuela, y desde que tengo memoria, ella siempre fue el corazón de nuestra casa. Siempre hacia que mis días fueran únicos y felices, incluso en mis días más tristes. Vivíamos en una pequeña casa cerca de un pequeño pueblo rodeado de árboles altos, y cuando el aire pasaba entres sus ramas, parecía que las hojas cantaban una hermosa melodía.

            Cada día antes de dormir, me acurrucaba junto a mi abuela a escuchar sus historias de cuando ella era pequeña. Pero ese día en específico estaba emocionada, porque me iba a contar una nueva historia. Así que, antes de irme a dormir, me acurruqué en sus piernas. Era una historia interesante; se llamaba La última visita. Se trataba de la última visita que la gente recibe antes de irse de este mundo e ir a vivir otra aventura.

            Me fui a la cama después de la historia y me quedé dormida, hasta que hubo un momento que toda la casa estaba en silencio. Nunca había estado mi casa así, y menos en la noche, así que que me desperté. Parecía que todo el pueblo estaba sosteniendo la respiración.

            De pronto, el primer ruido que escucho es la madera crujir en el pasillo, así que me levanté silenciosamente para no despertar a mi abuela. Abrí la puerta, y lo primero que vi en el pasillo era una sombra extraña que nunca había visto. Parecía un hombre delgado con una capa oscura; no tenía rostro ni ojos. Me escondí detrás de la puerta, ya que no quería que me viera la extraña sombra. Pasó delante de mí; no sentí miedo porque pensé  que solo era mi imaginación. Después de eso,  la sombra siguió su camino y desapareció en la oscuridad.

            Corrí al cuarto de mi abuela con mi corazón latiendo como si hubiera corrido un maratón.

            Entonces susurré:

– Abuela.

            Ella volteó con la luz de la luna alumbrando su cara. Me dijo que ella sabía que yo iba a entrar a ver cómo estaba. No entendía porque me decía eso. Me explicó que esa noche había sido su última visita y que no tenía que tener miedo ya que ella sabía lo fuerte que era y que saldría adelante. También me dijo que me vería y me cuidaría desde el cielo.

            Con lágrimas en mis ojos, me acurruqué con ella le di un gran abrazo, mientras la veía desvanecerse.

            A la mañana siguiente ella ya no estaba. Me había dejado un gran regalo con un pequeño mensaje que decía:

“Yo confío en ti. No me fui triste, sino sabiendo que tú eres capaz y que estarás bien y feliz.

Con amor eterno…

 Tú abuela.”

            El regalo era su herencia y las anécdotas que me contaba cada noche desde pequeña. Desde ese instante supe que también llegaría mi momento y que ella me iba a recibir. Así que seguí adelante para continuar con mi vida y no detenerme, sabiendo que ella siempre me acompañaría a través de sus historias.