Categoría: Preparatoria
Seudónimo: El vestido rojo
Mi corazón se desgarra de mi conciencia
cada vez que su sombra me atraviesa.
Mi cuerpo se desvanece
al tacto de su pelo
mis chinos en sus manos,
mi sonrisa en sus ojos,
es como bailar en el infierno.
Y cada caída
acuchilla el alma
a quien de verdad lo ama.
Lo único que quiero
es mi cabeza en el cielo
mientras lloro por dentro
o río sin aliento.
Se supone que nos odiamos,
pero las caricias
cuentan otras cosas.
Ya no entendemos lo que pasa,
como si hubiera una guerra,
traemos ramas en vez de espadas:
yo traigo rosas,
él trae dagas.
La guerra no termina,
porque solo nos vemos un día,
y cada encuentro es un incendio
que quema lo que queda de calma
dentro de nuestras almas.
Nos herimos con miradas,
nos buscamos sin palabras
y aun en el odio
se dibuja un deseo que no se apaga.