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La Gran Final

Centro Deportivo Israelita, A.C.

Y de pronto, todos en silencio, escuchamos la tercera llamada, rompemos el silencio, nos llenamos de emoción, de gritos de euforia y alegría.

Sentados sobre las gradas y las sillas, continúa entrando gente, se sientan en los escalones, parece una cascada interminable de público; letreros, lonas, pancartas, matracas, tambores, gritos y más gritos, cada uno apoya su causa, pero #todosjuntos en un mismo lugar.

Fueron dos años de pandemia, pero en realidad tres desde que no vivíamos esta emoción. El público, bailarines, coreógrafos, dirección, consejeros, personal del deportivo, profesionales y voluntarios unidos en tiempo y espacio, sintiendo ese “tan, tan, tarán, tantán”, tan esperado, entonces se abre la luz, ilumina el escenario y como si fuera magia, todo comienza.

Escenografía entra y sale, los gritos tras bambalinas, cambios de vestuario, peinado, porras, pasos, música, temáticas y momentos; todo suspendido dentro de una caja negra que crea universos diferentes y paralelos, que te permite transportarte a ese mundo y sentirte parte de él.

Anajnu Veatem abre la función, al ritmo de las melodías israelís vemos la evolución del pueblo, los finalistas de Bikurim Abierta, Tiferet, Zfateinu, Lev y Maspik interpretan valores judíos en forma de movimiento, como si fuera poesía, una interpretación otorgada al espectador.

El esperado Premio Carlos Halpert, después de tres años un nuevo y gran merecedor, lo recibió el ganador de Danza de Cámara; ¡bienvenido Lehatjil de San Diego, a continuar junto con nosotros esto que tanto amamos y nos mueve como Comunidad!

Llega el turno de Bikurim Folklórica: Joshej, Lehitjadesh Lanetzaj, Zerem Jadash, Dimión, Nativ y Lirkod Lashalom, expresando el festejo de nuestro pueblo de diferentes maneras en ese escenario. El nervio, la espera y los finalistas de Videodanza; Shoresh, Lev y Meretz.

Se apaga el escenario y al volverse a iluminar nos recuerdan de la función internacional que se llevará a cabo el próximo 10 de abril, vemos los trofeos, los representantes de la Comunidad, a los miembros de la dirección y los coreógrafos reunidos para obtener el primer, segundo y tercer lugar, y así pasa, las menciones, el premio Shalom a lo más fraternal del movimiento, mejores bailarines, tercer, segundo y primer lugar, y entonces termina un año más; apagamos las luces, qué delicia haber vivido esto, por fin, la energía sigue a tope y los sentimientos a flor de piel. Reímos lloramos, celebramos y gozamos, y así termina…

Nos vemos en el 49 Festival Aviv, ¡los esperamos!

//Alan Bratt