//Jaime Levit
Una persona llega a este lugar, que es mejor conocido como el gran escenario, pero antes entra por los camerinos para prepararse para el gran espectáculo, el furor se enciende por la nostalgia de interpretar al personaje o a un artista, quizás y en ese momento se viste con un atuendo llamativo, se maquilla, se pone la peluca y va ajustando todos estos detalles para transformarse.
Se escucha a lo lejos el bullicio de la gente, el locutor anuncia la primera, segunda y tercera llamada, y las luces poco a poco van descendiendo su luminosidad, entonces el personaje empieza a nacer y así llega al escenario, la gente lo recibe con un gran despliegue de aplausos, de gritos y así la música empieza a sonar, él empieza a ejercitar sus pies, sus manos y su boca, junto con otros personajes y la sonrisa del público está al borde del precipicio de tan hermoso espectáculo que nos da.
Todo esto forma parte de un festival en el que diferentes generaciones van demostrando su creatividad para expresar sentimientos mediante la danza, y que a su vez nos pueden contar una historia que quizás al principio no logramos descifrar, pero que poco a poco la vamos asimilando, y al final logra dejarnos un mensaje en el que nos quedamos asombrados.
Todo esto lo veremos próximamente, ¡bienvenidos al Festival Aviv Carlos Halpert de Danza Judía y de Israel!
