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Blanca nieves sobrevivió a Auschwitz (tercera parte y última)

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Aarón y Esther Cohen

El siguiente trabajo que le ordenó Mengele a Dina fue que dibujara un retrato de él mismo. Cuenta Dina que tomó un papel y un lápiz y lo miró a los ojos. "Eran los ojos de un hombre muerto".

En la enfermería donde el Dr. Mengele realizaba sus experimentos con personas, había una mujer polaca que les tomaba las huellas digitales a todos los ‘pacientes’. A Dina le ordenaron hacer bocetos de los cráneos, oídos, narices, bocas, manos y pies de ellos. Casi se desmaya cuando le ordenaron que dibujara un corazón partido en dos que estaba guardado en una jarra de formaldehido. Este corazón pertenecía a un hombre que había tratado de escapar y que había sido fusilado.

Un día, cuenta Dina: “Vi a lo lejos una familia de enanos que venían corriendo hacia mí. Eran ‘siete’. Yo no podía creer lo que estaban mirando mis ojos. Era como si mis enanitos del bloque de los niños, Dopey, Grumpy, Sneezy... hubieran descendido del mural y repentinamente hubieran cobrado vida. No pude evitar una sonrisa hacia los enanitos y al mágico número de ‘siete’, pero yo no era Blancanieves y ellos, los enanitos eran reales".

Había algo optimista y esperanzador en estos seres tan frágiles tratando de sobrevivir en este horrible lugar.

Se trataba de la familia Ovitz, una compañía de artistas judíos proveniente de Rozavlea, en Rumanía, a los que el doctor Mengele había seleccionado para sus diabólicos experimentos.

Otra vez Blancanieves y los siete enanos se encontraban en el camino de Dina. De una manera casi bizarra, el destino le jugaba una broma de tintes surrealistas y continuaba ejerciendo sobre ella su hechizo.

En diciembre de 1943 o enero de 1944 los niños del bloque 31 y Fredy Hirsch montaron el musical Blancanieves en Auschwitz, que era una sátira hacia los nazis, ya que la bruja del cuento eran los SS, todos lo sabían y cada uno de los que participaba representaba una parte. "Yo ayudaba en el montaje e hice una corona para la reina de papel, y los niños la pintaron de dorado y la decoraron con joyas de fantasía. Tomé unas pequeñas tiras de papel y las pinté con pintura negra y después las enrollé en un lápiz. Después se las pegué a la corona de la reina y como ella tenía pelo negro, parecía como si tuviera muchos rizos de pelo que le colgaban".

La obra resultó muy exitosa porque la niña que interpretaba Blancanieves, tenía una voz increíble, una magnífica voz de soprano, exactamente como la que se escuchaba en la película.

Durante la presentación de la obra, aparecieron unos oficiales de las SS, entre ellos el Dr. Mengele. Se acomodaron a ver la obra y Mengele sentaba a los niños en sus piernas y les pedía que lo llamaran ‘tío’. También recuerda Dina que ella no entendía cómo estos asesinos en serie lloraban al ver esta obra, se secaban las lágrimas de los ojos para después salir y continuar su labor de matar a miles de seres humanos inocentes.

Dina logró sobrevivir, debido a los trabajos que realizaba para el Dr. Mengele, al asesinato en masa en las cámaras de gas del transporte de septiembre, el 8 de marzo de 1944, a la selección y liquidación del campo familiar, a principios de julio de ese mismo año.

Pero esta fuerza extraña que se llama casualidad y que perseguía a Dina de una manera misteriosa y oculta, se le vuelve a presentar de una manera inaudita e imprevista el 19 de enero de 1945, dos días antes de que Dina cumpliera 22 años, Dina y su madre abandonaron Auschwitz-Birkenau en una de las marchas de la muerte. Era uno de los peores inviernos de los últimos años, y tuvieron que marchar con un frío tremendo en la nieve y el hielo. Su único alimento era la nieve. A los prisioneros que no podían más y caían, los guardias de las SS les disparaban en la cabeza. Marcharon por dos o tres días seguidos. Llegaron a las afueras de una estación de tren.

Dina se había enfermado de disentería en el camino. Antes de subir al vagón abierto de ganado y como tenía diarrea, necesitaba evacuar urgentemente. Miró a su madre angustiada y le dijo que no tenía papel o algo para limpiarse. Ella le contestó que no se preocupara. Se quitó rápidamente sus pantalones y se los dio a Dina para que se limpiara y le dijo: "Feliz cumpleaños Dina". Dina comentó tiempo después que ese había sido el mejor regalo de cumpleaños que recibió en su vida.

Llegaron al campo de Ravensbruck y estuvieron ahí por tres semanas. Después fueron enviadas al campo de Eischtadt. Ahí, Dina fue asignada a una fábrica de aviones para pintar números en los tableros de los instrumentos de estos.

El 5 de mayo de 1945 fueron liberadas por las fuerzas armadas estadounidenses. Dina y su madre Johana regresaron a vivir a un departamento en Praga del hermano de su mamá, Jack. Él las cuidó; les dio comida, ropa y dinero para que se pudieran recuperar.

Ahí estuvieron un año, y debido a los rumores de que los comunistas iban a tomar elpoder en Checoslovaquia, decidieron irse a París, donde Dina entró a estudiar Arte en la Academie de la Grande Chaumiere.

Más adelante vio un anuncio en el periódico de una compañía estadounidense, Warner Brothers, que solicitaba un animador, ya que estaban realizando una cinta de animación: Alicia en el país de las maravillas. Al llegar, la entrevistó Art Babbitt y Dina se convirtió en la asistente de él.

Lo que resulta verdaderamente asombroso e increíble era que Art era uno de los animadores de la película Blancanieves y los siete enanos. Él tuvo a su cargo la animación de la reina malvada.

Otra vez, el cosmos se había alineado para que las circunstancias coincidieran, y el destino de Dina le llegara inevitablemente guiado por fuerzas desconocidas.

Después de seis meses, contrajeron matrimonio y se mudaron a la ciudad de Los Ángeles, en los Estados Unidos. Ahí tuvieron a sus hijas Michele y Karin.

Después de once años de matrimonio, Dina entró a trabajar a varios lugares como Hanna Barbera, Warner Brothers y Jay Ward Productions. En estas empresas ilustró personajes como el ‘pato Lucas’, el ‘Coyote’ que perseguía al ‘Correcaminos’, ‘Speedy González’ y al ‘Cap'n Crunch’.

Dina y Art duraron casados catorce años y se divorciaron debido a las infidelidades de Art. Pero el destino a veces juega bromas de una manera inexplicable. La persona con quien Art le era infiel a Dina resultó ser Marge Champion, la exesposa de Babbitt, bailarina que los estudios de Disney contrataron para ser la modelo de Blancanieves para la película.

La vida de Anne Marie Dina Gottliebova fue la de una mujer valiente, artista sensible, luchadora incansable, que no se detuvo ante nada ni ante nadie por salvar su vida y la de su madre.

La película de Blancanieves y los siete enanos, marcaría para siempre su existencia, persiguiéndola de una manera misteriosa y fascinante.

A través de su pasión por el dibujo y el Arte, logró sobrevivir a la atroz experiencia del Holocausto y reconstruir su vida de una manera exitosa.

Dina falleció el 29 de julio de 2009, a la edad de 86 años. Blancanieves y los siete enanos lloraron por su cómplice y compañera secreta, con quien compartieron uno de los capítulos más trágicos en la historia de la humanidad. En estos momentos surge de nuevo la figura de Fredy Hirsch. Pidió a las autoridades del campo y en especial al Dr. Mengele, que le permitieran hacer una barraca especial para los niños. Increíblemente estos aceptaron y le otorgaron la barraca 31.

Inmediatamente Fredy se dio a la tarea de organizar el bloque. Reclutó a madrijim (maestros) y cuidadoras para entretener y educar a los chamacos. Llamó a Dina al bloque y le preguntó si podía pintar un mural en esa gran pared. Ella le contestó que si él conseguía los materiales lo haría. Al día siguiente Fredy llegó con las pinturas y con todo lo necesario. Dina se dio a la tarea inmediatamente. Primero pintó el fondo de un paisaje verde con vacas, y después un barandal estilo chalet suizo. Los niños del bloque, intrigados por lo que Dina estaba pintando, se fueron acercando poco a poco. De pronto ella volteó a ver a los muchachitos y les preguntó: ¿Qué quieren que pinte dentro de este paisaje? Y todos al unísono le contestaron: “Blancanieves y los siete enanos”.

Los astros del universo se volvían a alinear para que Blancanieves continuara persiguiendo el destino de Dina.

A los pocos días de haber terminado el mural, un oficial de las SS entró al bloque de los niños y vio el mural. Preguntó a los maestros que quien había pintado esa pared. Ellos le dijeron que Dina Gottlieb e inmediatamente la mandó llamar. Dina atemorizada se presentó ante el temible oficial. Este la subió en la jeep para llevársela a otro lugar. En el camino Dina iba pensando que había llegado la hora de su muerte... Al poco tiempo, llegaron al campamento familiar de los gitanos. Ahí le ordenaron entrar a una barraca. Ella muerta de miedo obedecía sin la menor objeción. Dentro fue presentada ante el temible “Dr. Muerte”, Joseph Mengele, el famoso doctor que realizaba brutales experimentos pseudocientíficos con los prisioneros de Auschwitz-Birkenau para reforzar las teorías raciales nazis.

Mengele había estado tomando fotografías de algunos de los 13 000 internos gitanos del campo, como parte de su esfuerzo por encontrar evidencia científica de que los no arios eran genéticamente inferiores. No estaba satisfecho con la calidad de las fotografías que tomaban de los gitanos, ni lograba capturar los tonos de piel de los fotografiados, que según él, demostraban su inferioridad racial. En esos tiempos la fotografía a color apenas comenzaba y era muy imperfecta.

Necesitaba a una artista que reprodujera los tonos de piel reales. Le preguntó a Dina si ella era capaz de hacer unos retratos de los gitanos con los colores de piel lo más fiel posible. Si ella trabajaba para él, le salvaría la vida. Ella le contestó que lo intentaría. Él inmediatamente le consiguió un juego de acuarelas. Dina, en un arrebato de valentía y de coraje pocas veces visto en estas situaciones y arriesgándose a ser fusilada inmediatamente, le exigió al “Dr. Muerte”, que si no salvaba la vida de su madre también, ella se suicidaría lanzándose a las alambradas electrificadas y no trabajaría para él. Mengele, un poco sorprendido por el atrevimiento de Dina, le preguntó qué cuál era el número de su madre. Ella le contestó que no lo sabía, pero que su madre se llamaba Johanna Schawl.

Así empezó a trabajar en la barraca de los gitanos, haciendo retratos de niños, mujeres, jóvenes y adultos con una calidad y detalle sobresalientes. Realizó once retratos, los cuales Mengele pensaba incluir en un libro sobre las teorías raciales.

Blanca nieves sobrevivió a Auschwitz (segunda parte)

Blanca nieves sobrevivió a Auschwitz (primera parte)