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Lo textual de la visita de Trump a Israel

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Lituania Mendelevich

El Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y su esposa Sara, el lunes 22 de mayo de 2017 en la residencia oficial del Primer Ministro, recibieron en una cena al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y a su esposa Melania. Antes de la cena, el Primer Ministro israelí y el presidente estadounidense ofrecieron respectivamente sus discursos.

Lo que a continuación compartimos con los lectores, son los discursos breves de un protocolo político, que por sí mismo es una normativa que decae cuando el contexto y la opinión pública se encuentra determinada. Qué significa esto, que la lógica del sentido, el cuerpo psicológico del contenido debe persuadir.

Veamos cómo recibe Benjamin Netanyahu a Donald Trump, en su primer párrafo, en el que hace énfasis de Jerusalem, probablemente porque se dio a conocer en algunos medios la noticia que en las vísperas del viaje, un diplomático del consulado estadounidense en Jerusalem, puso en marcha un gran lío en una conversación telefónica con oficiales israelíes, al asegurar que el Muro de los Lamentos “no es vuestro territorio”. Consideremos desde esta óptica el enfoque y las palabras de lo retórico cuando el asesor de Seguridad Nacional H. R. McMaster declinó contestar a una pregunta directa si el Gobierno de los Estados Unidos consideraba que el Muro de los Lamentos estaba dentro del territorio israelí. McMaster indicó que la pregunta “suena como una decisión política” y remó para otro lado. Unas horas más tarde, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo a los periodistas: “El Muro de los Lamentos es obviamente uno de los sitios más sagrados de la fe judía. Está claramente en Jerusalem”. Por su parte, la embajadora ante las Naciones Unidas Nikki Haley remarcó con típica lógica: “Siempre hemos pensado que el Muro de los Lamentos era parte de Israel”. En medio de la controversia aterrizó en el Estado judío el flamante embajador estadounidense David Friedman; del aeropuerto se dirigió directamente a rezar al Muro de los Lamentos. El tema parecía estar cerrado. (1)

Mientras tanto el Secretario de Estado Rex Tillerson, respondió: “El muro es parte de Jerusalem”, eludiendo definir si estaba dentro de Israel. No obstante, Tillerson dejó entrever su parecer al afirmar durante el vuelo desde Arabia Saudita que la segunda escala del viaje presidencial sería “Tel Aviv, hogar del judaísmo”, aunque pudo ser una confusión, ya que el aeropuerto internacional se encuentra en esta ciudad, como todos sabemos. (2)

Finalmente, fue Donald Trump quien definió su posición personal y la de su gobierno al convertirse en el primer presidente en funciones en visitar el sitio más sagrado de los judíos en la capital de la nación, y decir durante un discurso posterior: “Jerusalem es una ciudad sagrada. Su belleza, su esplendor y su herencia son como ningún otro lugar en la Tierra. ¡Qué herencia! Los vínculos del pueblo judío con esta Tierra Santa son antiguos y eternos. Se remontan a miles de años, incluyendo el reinado del rey David, cuya estrella ahora flamea con orgullo en la bandera blanca y azul de Israel”. (3)

“Presidente Donald Trump, Sara y yo estamos completamente deleitados en darles la bienvenida a usted y a Melania a la residencia del Primer Ministro en Jerusalem, la eterna capital del pueblo judío, la capital del Estado de Israel.

Nos conocemos desde hace muchos años, y siempre es bueno verlo. Pero también es maravilloso ver cómo se cierne la amistad entre nuestras dos hermosas esposas, Sara y Melania. Sean bienvenidos aquí y estamos muy contentos de verlos. Estamos honrados en tenerlos en nuestro hogar. Ha estado hoy, Sr. presidente, en el Muro Occidental, uno de los lugares más sagrados del judaísmo. Ha visitado la Iglesia del Santo Sepulcro, uno de los lugares más sagrados para el cristianismo. Nosotros protegemos los sitios cristianos como nadie más lo hace en la región. Protegemos sitios cristianos y musulmanes, y obviamente sitios judíos. Estamos comprometidos con la libertad de fe y derechos para todos. Sr. presidente, aprecio el hecho de que haya ido al Muro Occidental, y haya sido el primer acto presidencial ahí. El pueblo de Israel le ha aplaudido. Tenemos un estupendo diálogo hoy, y cuando digo estupenda, es porque encierra todo. Podríamos hablar de la desregularización, o hablar acerca de economía, creo que nos citamos mutuamente, creo que nos entendemos mutuamente, y muchas cosas más que deseamos para nuestros países. Pero quiero agradecerle especialmente hoy, por su gran compromiso con la seguridad de Israel, su bienestar y su futuro. No tengo dudas que al trabajar juntos, usted y yo, la alianza entre nuestros países, crecerá hasta volverse fuerte. Quiero que sepa lo mucho que apreciamos el cambio de la política estadounidense acerca de Irán, la cual pronunció claramente hace una hora. Quiero que sepa lo mucho que apreciamos su fuerte decisión de contraatacar el uso de armas químicas en Siria. Y quiero decirle lo mucho que apreciamos la reafirmación del liderazgo de Estados Unidos en el Medio Oriente. Esperamos trabajar de cerca para confrontar los peligros que enfrentamos juntos en el violento y volátil Medio Oriente. Creo que juntos podremos retirar las marchas agresivas de Irán, así como el terror en la región, y podemos frustrar la ambición desenfrenada de Irán de convertirse en un Estado de armas nucleares. También espero trabajar cerca para la paz en nuestra región, porque como lo ha notado sucintamente, los problemas comunes convierten a los antiguos enemigos en socios. Y esto se está viendo como algo nuevo y potencialmente en algo prometedor. No será sencillo, pero por primera vez en mucho tiempo, Sr. presidente, por primera vez en mi vida, veo una real esperanza de cambio. Los líderes árabes a quienes conoció, podrían ayudar al cambio y podría ayudar a crear las condiciones para la paz. Estos son los signos de su histórica visita. Esta visita hará eco a través de los años ya que como dijo Abraham Lincoln: “No hay ninguna ciudad que desee tanto ver como Jerusalem”. Así es, Sr. presidente, Donald, no hay ninguna ciudad en la Tierra donde usted sea mejor bienvenido que aquí en Jerusalem. Bienvenido a Jerusalem, bienvenido a Israel”.

Donald Trump, responde: “Muchas gracias y es un gran honor estar con mi gran amigo, el Primer Ministro Netanyahu, y por supuesto con Sara. Gracias, y gracias también por este hermoso tour. Melania sigue hablando de ello. Muchísimas gracias. Me honró a mí y a Melania estar con uno de los principales líderes del mundo que visitaron la Casa Blanca. Donde mantuvimos un gran y buen diálogo. Y ahora usted nos honra con la bienvenida a su casa en el primer viaje como presidente de los Estados Unidos. Esta es una tierra llena de belleza, de maravillas y de una conexión con D-os. Me he asombrado por los gloriosos y bellos monumentos y sitios santos, por la generosidad de este increíble pueblo. Estoy profundamente conmovido por esta visita el día de hoy en el Muro Occidental. Las palabras fallan para expresar esta experiencia. Dejarán una impresión en mí para siempre. Hoy reafirmamos el compromiso inquebrantable de la relación entre Israel y los Estados Unidos, una amistad construida por nuestro amor a la libertad, por la creencia en la dignidad humana y por la esperanza de compartir la paz en Israel finalmente. Queremos que Israel tenga paz. Pero somos más que amigos. Somos grandes aliados. Tenemos muchas oportunidades frente a nosotros, que debemos aprovechar juntos. Debemos tomar ventaja de la situación donde hay muchas, muchas cosas que pueden pasar ahora que antes no podrían haber sucedido, y eso lo entendemos muy bien. Eso incluye el avance de la prosperidad, detectando el terrorismo y encarándolos del amenazante régimen iraní que ha estado asolando la región y causando mucha violencia y sufrimiento.

Durante mis viajes, he visto muchas señales de esperanza que me dejan creer que podemos lograr un futuro pacífico para esta región y para la gente de todas las religiones y creencias de todo el mundo. En mi visita a Arabia Saudita, conocí a muchos líderes árabes y musulmanes, incluyendo al rey Salman, quien nos trató delicadamente y quien realmente quiso mostrarnos las grandes cosas que hacen para el mundo. Llegué a conocerlo realmente bien, y él lo sabe. Estos líderes expresaron sus preocupaciones con respecto a ISIS, sobre la carrera ambiciosa de Irán, y acerca del extremismo que golpea a muchas partes del mundo musulmán. Esto me da coraje para enfrentarse al terrorismo y la ideología de odio que conlleva esto. Estados Unidos da la bienvenida a la acción y soporta a las naciones que combaten la erradicación, las ideologías violentas que causan mucha necesidad y matan a todo el mundo. Vamos a trabajar juntos. Creo que este nuevo nivel de amistad es posible y está pasando, y traeremos salvación a esta región, seguridad para los Estados Unidos y prosperidad para el mundo. Incluye renovadas ofertas de paz entre los israelíes y los palestinos, y doy gracias al Primer Ministro por estar comprometido en el proceso de paz. Él ha estado trabajando arduamente en esto. Y no es fácil. He escuchado que es uno de los acuerdos más difíciles, pero siento que eventualmente llegará, espero. Ciertamente, hemos tenido productivas discusiones, en mi opinión, también con líderes de otras naciones, y creo fuertemente que existe mucho amor ahí. Y la gente de todos los países, incluso países que estarían sorprendidos en escuchar, que quieren parar las matanzas. Han sido suficientes. Estados Unidos está dispuesto a ayudar cada vez que se pueda. Nuestra profunda amistad no solo florecerá fuertemente como el trabajo mutuo de ahora en adelante. Agradezco nuevamente su hospitalidad en su hermosa y ancestral tierra. Verdaderamente es una tierra de maravillas y es un honor estar aquí con usted y Sara, gracias. Bibi, gracias. Aprecio mucho esto. Un gran honor. Gracias”.

Así en estas dos participaciones, donde se trató de todo, y prevaleció aparentemente el carácter moral del orador, el cual considera las costumbres y pasiones. Como en la retórica aristotélica con la facultad de conocer en cada caso aquello que pueda persuadir, ser verosímil mediante el razonamiento en el que debe demostrar aquello que la gente crea que sera posible, y como las emociones son parte psicológica de la retórica, el oyente debe pensar que el locutor es una persona de confianza y de argumentos firmes. Fomentar estas pasiones con elocuencia es el objetivo de la diplomacia.

Esperamos que más allá de todo lo que está en juego, no sea tan superfluo.

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