Cada día, entre 80 000 y 100 000 jóvenes en todo el mundo se vuelven adictos al tabaco y si la tendencia continúa, 250 millones de niños que están vivos hoy, morirán a causa de enfermedades relacionadas con el tabaco. Según el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos, el tabaco causa más muertes que todas estas causas combinadas: VIH, uso de drogas ilegales, uso de alcohol, accidentes automovilísticos, suicidios, y asesinatos. En promedio los fumadores mueren trece a catorce años antes que los que no fuman.
¿Por qué fumar es tan dañino? Porque el cigarrillo es sumamente tóxico. Contiene alrededor de 7 000 productos químicos, de los cuales 70 causan cáncer y tienen efectos en todo el cuerpo. Los pulmones son uno de los órganos más afectados por el humo del tabaco, es por eso, que los adolescentes fumadores tienen pulmones más pequeños que los no fumadores, peor condición física, y padecen más resfriados, bronquitis y neumonía. Cuando se inhala el humo del cigarro, la nicotina penetra profundamente en los pulmones, de donde pasa rápidamente al torrente sanguíneo para ser transportada hasta el cerebro. En su camino afecta muchas partes y funciones del cuerpo, incluyendo el corazón y los vasos sanguíneos, hormonas, la manera en que el cuerpo utiliza los alimentos (metabolismo) y el cerebro. La nicotina se puede encontrar en la leche materna y hasta en la mucosidad del cuello uterino de las fumadoras. Durante el embarazo, la nicotina atraviesa libremente la placenta y se ha detectado en el líquido amniótico y en la sangre del cordón umbilical de los recién nacidos. Más allá de los pulmones, fumar está asociado con más de diez tipos de cáncer e incrementa al doble las probabilidades de morir a causa de ataques cardíacos.
El tabaco es una sustancia sumamente adictiva, por lo que muchas personas necesitan tratamiento especializado para dejar de fumar. Es importante que sepas, que se estima que quienes dejan de fumar antes de los 50 años, reducen a la mitad su riesgo de morir en los próximos quince años en comparación con aquellas personas que continúan haciéndolo. Sin embargo, sin importar la edad que tengas o el tiempo que hayas fumado, dejar el cigarro te ayudará a vivir más tiempo y con más salud. Los exfumadores disfrutan de una mejor calidad de vida; padecen menos enfermedades en sus vidas diarias y sus cuerpos se desgastan menos. Entre más tiempo fumes, mayor será el daño que hagas a tu cuerpo. La decisión de empezar o continuar fumando es enteramente tuya y nadie puede impedírtelo, pero debes pensar si en verdad es lo mejor para ti.
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