Fanny Sarfati, ganadora del Premio La Dama de la Victoria que otorga la Asociación de Críticos y Periodistas de Teatro

//Susy Anderman

Es un gran orgullo para el CDI, compartir esta grata noticia al haber sido nuestra Directora del Comité de Actividades, Fanny Sarfati, merecedora del Premio a la mejor actriz de monólogo con la obra Dai/Basta de Iris Bahr, que otorga la APCT, y que nos conmueve a todos quienes hemos tenido el honor de vivir un poco de cerca desde que tan destacada actriz empezó a concebir la idea de la obra hasta el día de hoy, siendo testigos del destacado reconocimiento que traspasa las barreras y trasciende en el ámbito nacional con un mensaje que impacta.

Fanny Sarfati nos comenta que recibir este reconocimiento la hace reflexionar sobre el gran reto de los actores en un monólogo, siendo que se convierte en un acto de soledad muy importante. Nos dice la actriz en sus propias palabras: “Es algo así como el examen final de actuación, porque corres el riesgo de no pasarlo. El monólogo es así de sensible, por lo que tienes que hacerlo con mucha seriedad y cuidado. Así que recibir el premio como mejor actriz de monólogo, te catapulta hacia una mención honorífica como actriz, con una dimensión especial al ser un premio otorgado por la Asociación de Críticos y Periodistas de Teatro, la agrupación más importante de México en su género.

Esta es la segunda distinción que recibe, siendo su trabajo en El Balcón de Golda hace diez años, que también la hizo merecedora de la distinción La Dama de la Victoria y de otro premio que hoy día ya no existe. Dijo sentirse muy satisfecha después de haberse entregado los últimos diez meses a ensayos y a trabajar para lograr los diferentes personajes que se presentan en Dai, y que ahora con este premio queda como una deliciosa cereza del pastel.

Para Fanny, su principal motivación en esta actividad artística es múltiple, nos dice: “Por un lado están las ansias de pisar un escenario, de ponerte la vida de otro y experimentar la tuya propia desde ese lugar, acto que te permite aprender y aprehender la conducta humana, el arte te acerca a ti mismo, a tus propios demonios, pero también a tus propios ángeles. Pero hay algunas obras como lo es Dai/ Basta, que te permiten además, dar un mensaje contundente, tomar las palabras de todos y hacerlas tuyas, entender así las voces de tus personajes, siendo diez distintos con una historia personal, lo que fue para mí fue una prueba de tolerancia que tuve que pasar siendo el reto más importante en mi interpretación”.

Le preguntamos a Fanny Sarfati si coinciden en algún punto ambos monólogos el de El Balcón de Golda y ahora Dai/Basta, a lo cual nos compartió que por supuesto la similitud tiene que ver con el formato de monólogo, pero también quizás el tema que tocan ambas y se relacionan con diferentes circunstancias del pueblo judío desde diferentes perspectivas. Nos dice la ganadora de este premio, “El reto de El Balcón de Golda era no fallarle a un personaje histórico y estudiar muy profundamente a Golda Meir, el reto en Dai/Basta era tejer diez personajes de diferentes sexos, nacionalidades y motivos internos. Ambos horizontes se me plantearon como aterradores en un principio y con mucha paciencia y sin forzar la máquina, fui descubriendo estas vidas y apoderándome de cada una de ellas”.

¿Por qué razón eliges temas que tienen que ver con situaciones históricas o con algunos de los asuntos más sensibles de Israel?

“Las obras me han elegido a mí en muchos aspectos. Y seguro tiene que ver con mi condición como judía, lo que corre por mis venas con mucha fuerza, siempre he sido muy sionista, muy comunitaria, siempre me ha importado mucho dejarle a mi Comunidad algo de lo mucho que yo he recibido de ella. Y si puedo ser voz para mi pueblo, con lo que yo sé hacer, lo seguiré buscando con ahínco, asumiendo la responsabilidad que esto significa. Esto no quiere decir que otros discursos no me interesen, claro que sí, pero estas obras han llegado a mí de forma muy sólida, el destino no me ha permitido decirles que no, por más esfuerzos personales y paga de precio que haya tenido que hacer para levantar estos proyectos teatrales, cada minuto ha valido la pena”, mencionó Fanny.

Sobre el tipo de público que se acerca a las propuestas escénicas de Fanny Sarfati, comentó que en estas dos temporadas de Dai/Basta, la Comunidad Judía de México ha sido impresionantemente solidaria con su trabajo, lo cual agradece muchísimo y dice sentirse muy conmovida, sin embargo, agrega que el público gentil que ha acudido, se ha ido muy conmovido y eso, para decirlo en una palabra, se ha convertido en un ejercicio de Hasbará, muy esclarecedor para el público en general, además de los medios de comunicación, que han sido benévolos en sus opiniones, no solo por su trabajo, sino con la temática que se aborda. “La obra, nos dice Fanny, se desarrolla en una cafetería en Tel Aviv, pero el terrorismo está en todo el mundo aunque en algunos países, como el nuestro, no quiera dársele ese nombre. Vivimos un fuerte y moderno oscurantismo y la gente está harta y deprimida al respecto, esta obra te permite abrir el compás de la tolerancia aunque sea por una hora y media que tiene como duración”.

Fanny, ¿Consideras que en estos tiempos en los que el rango de prejuicios se ha incrementado, pueda ser el espacio teatral una herramienta para la reflexión de temas como el terrorismo de Medio Oriente o de cualquier lugar del mundo, en este sentido qué retroalimentación recibes del público?

“En definitiva el teatro es el vehículo más contundente que existe, es vivo, es íntimo, es entrañablemente humano, de hecho elegimos un espacio pequeño para provocar una experiencia cercana en el espectador y el público, que se transforma en una masa inteligente y sensible, lo ha vivido en carne propia, cada explosión, cada grito, cada enamoramiento con los diferentes personajes, ha sido vivido en las entrañas de quienes están cada noche ahí”.

El personaje con el que más se identifica nuestra entrevistada es el padre kibutznik y con la madre palestina, como menciona “Desde el dolor, desde mi propia maternidad, desde ese lugar que solo quienes somos padres podemos confesar de lo dentro de uno que se siente este amor incondicional a los hijos y el temor a perderlos. Sin embargo, cada uno de los diez personajes me ha regalado una vivencia profunda, me declaro enamorada de este microcosmos del género humano, con todas y cada una de sus deficiencias y con cada uno de sus aciertos.

Algunos son muy simpáticos y me hacen pasarla muy bien porque también amo el buen humor”.

El público gentil, le parece a la actriz de este fuerte monólogo, que al ser espectadores de esta obra, ha sido respetuoso, sensible y cercano, los medios han dado una respuesta de solidaridad ante las posturas de antiviolencia que son mostradas en escena. “El tema no es para judíos, el tema es universal y así se ha recibido afortunadamente”.

Dentro del personaje de Golda Meir, o siendo alguien que disfruta una tarde de café en Tel Aviv mientras estalla una bomba, o en su misma realidad siendo Fanny Sarfati, piensa que como humanidad en un moderno oscurantismo, donde las etapas del pensamiento humano penden de lo racional a lo irracional. Nos comparte que, “si bien hemos salido avante y hemos recapitulado como humanidad, desafortunadamente ahora en pleno siglo XXI, cuando pensábamos que ya habíamos pasado retos de igualdad, fraternidad y solidaridad y que solo vendrían a nuestras puertas las nuevas experiencias, nos damos cuenta que los viejos temas tristemente siguen agazapados en nuestros umbrales y que estamos en una irracionalidad solitaria en la que solo es bueno aquello en lo que cada cual cree. Estamos tan informados y conectados que estamos más solos que nunca”.

Su opinión acerca de que si existe dentro de la Comunidad un movimiento teatral importante, siendo que conjunta su vida profesional con la Dirección del Comité de Actividades del CDI, nos habla del Festival Habima que por 25 años se ha convertido en un movimiento que le ha permitido a chicos y grandes explorar la experiencia de Teatro. “El Festival ha permitido ser un laboratorio muy importante para nuestros agremiados y de aquí ha salido mucha gente de teatro que está escribiendo historia allá afuera, como ejemplo mi querida Rina Rajlevsky, Isaac Salame, Lenny Zundel, por mencionar algunos. Por supuesto hay mucha gente de la Comunidad que se formó en diferentes lugares y que le ha dado al teatro mexicano muchas satisfacciones, como ejemplo el Maestro Ludwig Margules (Z”L), Morris Gilbert, Morris Savariego, Abraham Stavans, Nathan Grinberg, entre muchos otros que seguramente estoy omitiendo al ser una gran lista de gente destacada”.

¿A quiénes agradecerías estar hoy en el lugar en el que te encuentras?

¡Uff! a un montón de gente e instituciones, pero sobre todo destaca mi familia que han aguantado todo, de pronto no puedes estar con ellos, de pronto le empiezas a dar al teatro todo el tiempo emocional y físico del que dispones y siempre cuando vuelves ahí están los tuyos, tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, en este caso el CDI ha sido fundamental, no solo me han prestado espacio de ensayos, sino que me han dado todas las facilidades para mi desarrollo. En fin, todo mi mundo son los incondicionales de toda la vida, no solo para recibirte de vuelta, sino para gozar contigo las mieles de este oficio.

Así finaliza Fanny, con una sonrisa que cautiva, una fuerte y dinámica personalidad que transmite segundo a segundo lo que respira, lo que convierte en esa magia acorde a sus propias y personales inquietudes.

Dai/Basta ahora se presentará en varios países, la próxima semana en San Diego, posteriormente, en el interior de nuestro país, así como en varios países del continente. Se espera pronto otra temporada más en la Ciudad de México.

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