Mi Cuenta CDI

Diez años de tensión ante el preámbulo de una guerra inminente. Tercera parte de la Guerra entre Estados Unidos y México

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Diana Kuba

En el capítulo anterior se vio cómo inició y se logró la Independencia de Texas en el año de 1836. Durante los diez años siguientes, este territorio, que antes había pertenecido al estado de Coahuila, vivió como Estado soberano. En 1837 fue reconocido por Estados Unidos quien, pese a los partidarios de la anexión, no la llevaron a cabo, por considerar prematuro el paso. En 1839 fue reconocido por Francia y en 1840 por Inglaterra, como Estado independiente.

Como se dijo en el artículo anterior, para los diez años siguientes, Texas se convirtió en un dolor de cabeza para los distintos gobiernos mexicanos. El país estaba dividido en distintas facciones, federalistas, centralistas, anticlericales, proclericales y algunos monárquicos velados, con poca institucionalización administrativa para consolidar el Estado-nación y con un ejército, formado más bien, por caudillos, más que por generales preparados para enfrentar una guerra internacional que, aunque no participaban de una postura política fija, se habían convertido en los árbitros entre las facciones en lucha, para colocarlas en el poder. Quien más sobresalía, entre las figuras militares, fue Antonio López de Santa Anna, pero no fue el único.De 1836 a 1846 el asunto de recobrar Texas se convirtió en un tema de orgullo nacional y de afrenta en la prensa, ante el buen trato que habían recibido los colonos e inmigrantes ilegales estadounidenses por parte del gobierno de México, para establecerse en esa región. Sin embargo, no había las condiciones políticas, económicas y sociales para recobrarlo nuevamente.

En mayo de 1845, durante la presidencia de José Joaquín Herrera, pese a todo el furor patriótico de la sociedad mexicana, se estuvo a punto de firmar un acuerdo en que México reconocía la independencia de Texas a condición que este no se anexionara a los Estados Unidos. Sin embargo, esta propuesta llegó tarde, porque en junio de ese mismo año, los Estados Unidos aceptaron la anexión, sin tomar en cuenta al gobierno mexicano.

La ruptura diplomática entre ambos países inició en 1846. Antes de iniciar la guerra Estados Unidos mandó al representante John Slidell para entrevistarse con el presidente Herrera para reclamar los daños causados a las propiedades de sus ciudadanos establecidos en México en años precedentes, para justificar su postura belicista. Se sabía que México no tendría con qué pagar, por lo que a cambio se ofreció una indemnización de 25 millones de dólares, si México cedía a Estados Unidos, Texas, Nuevo México y las dos Californias. México no aceptó la compra y se dispuso a enfrentar la guerra.

No era raro para Estados Unidos el ofrecer la compra de todos estos territorios, ya que esta estrategia se había usado con la Luisiana y con las Floridas, y más tarde, se implementó con Alaska. No obstante, la mentalidad mexicana no la comprendía, porque desde su perspectiva, toda esa inmensa región, desde el gobierno virreinal había formado un bloque de cultura y tradiciones hispanas que había pertenecido a la Nueva España y, por tanto, se había heredado a la nación independiente mexicana. El incipiente orgullo patriótico-nacional, no aceptaba, ni entendía el porqué de esta venta y por qué el país que se suponía ser el abanderado de la libertad y democracia, quería adueñarse de las tierras que le pertenecían.

Por otro lado, desde 1840 los estadounidenses, no solo se habían extendido en Texas, sino también en la Alta California. El expansionismo era popular y espontáneo, pero veladamente, estaba promovido y supervisado por el gobierno de Washington. Con la entrada, en 1845, del presidente James K. Polk el expansionismo y anexionismo de los Estados Unidos se materializó en la guerra de 1846 a 1848.

Desafortunadamente, el enfrentamiento armado inició cuando el federalismo se volvió a establecer en México, cuando el gobierno de la federación no tenía la capacidad, ni fuerza para convocar a los estados para solidarizarse en defensa de un ataque extranjero, ni para acudir a su ayuda. En la mayoría de los casos, los estados tuvieron que defenderse por sí mismos, sin la ayuda de un ejército nacional, que no existía como tal para esa época.

Santa Anna regresó de su destierro de la Habana y fue electo como presidente para enfrentar la guerra. La vicepresidencia cayó en manos de Valentín Gómez Farías, quien sería el encargado de conseguir fondos para financiarla. Su anticlericalismo lo llevó a decretar la venta en subasta pública de los bienes de manos muertas; es decir, propiedades de la Iglesia mexicana, por quince millones de pesos. Como se dijo en un artículo anterior, esta medida radical dividió a la sociedad. Los federalistas moderados se aliaron a la Iglesia y organizaron la rebelión de los ‘polkos’, que obligó a Santa Anna a regresar del norte, para pacificar los ánimos en la Ciudad de México.

La mayor parte del ejército mexicano era improvisado, proveniente de la leva, especialmente extraído de los pueblos de indios, mal pertrechado, armado y alimentado, por lo que al enfrentarse al enemigo mejor organizado y con mayor potencial, tras ser derrotado, se dispersaba y huía. Ello no implica que hubo grandes actos de heroísmo, tanto de militares y de la tropa, que no se daban por vencidos, así como de la firmeza de los gobiernos mexicanos de no ceder tan fácilmente esos territorios, lo que los estadounidenses veían como una tozudez insensata, que les hacía más oneroso el gasto para realizar sus ambiciones expansionistas.

1) En el artículo anterior se dijo que, en 1836, ante la negativa de México de venderle Texas a los Estados Unidos, el embajador Butler presionó a México diplomáticamente por los daños sufridos en las propiedades de ciudadanos estadounidenses, durante las revueltas que se daban en el país. Esta reclamación fue uno de los pretextos para declarar la guerra a México.

2) Véase artículo: Un país desafiado por una guerra externa difícil de financiar. Santa Anna regresó para pacificar a los rebeldes, después de su derrota de la Batalla de la Angostura, en las inmediaciones de San Luis Potosí.

La Independencia de Texas

Los orígenes de Sucot

La Guerra contra Estados Unidos. Expansionismo y Colonización de Texas. Primera parte de la Guerra entre Estados Unidos y México

¿Un México agrícola o industrial? Pregunta crucial del siglo XIX

La República Central. Tercera parte y última de este periodo

La República Central. Segunda parte

La República Central. Primera parte

Inicios de la primeras República Federal (Quinta y última parte)

Inicios de la primeras República Federal (Cuarta parte de cinco)

Inicios de la primeras República Federal (Tercera parte de cinco)

Inicios de la primeras República Federal (Segunda parte de cinco)

Inicios de la primeras República Federal (Primera parte de cinco)

Dificultades en los inicios de la vida Independiente Mexicana (Cuarta y última parte)

Dificultades en los inicios de la vida Independiente Mexicana (tercera parte)

Dificultades en los inicios de la vida Independiente Mexicana (segunda parte)

Dificultades en los inicios de la vida Independiente Mexicana (Primera parte)

Desafíos para la búsqueda del nuevo ser nacional mexicano (segunda parte)

Desafíos para la búsqueda del nuevo ser nacional mexicano (primera parte)

Consecuencias sociales después de la lucha por la Independencia

Consecuencias económicas de la lucha por la Independencia

El movimiento de Iturbide y la consumación de la Independencia

El movimiento Revolucionario de Miguel Hidalgo y Costilla

Los deseos autonomistas antes de la independencia (Segunda parte)

Los deseos autonomistas antes de la independencia (Primera parte)

Sorpresas y valores de familia

Jóvenes judeomexicanos visitan proyectos Wizo en Israel

Propuestas de Piketty en el capital en el siglo XXI (cuarta parte)

Propuestas de Piketty en el capital en el siglo XXI (tercera parte)

Propuestas de Piketty en el capital en el siglo XXI (segunda parte)

Propuestas de Piketty. El capital en el siglo XXI

Éxito de Israel ante la lucha contra la sequía

Lo indescriptible e imprescriptible de la Shoá

Riesgos al idealizar un proyecto de nación

Importancia del voluntariado en organizaciones sociales comunitarias como forma de participación ciudadana

Ayotzinapa, ejemplo de arbitrariedad e impunidad acumuladas

¿Gobernar y cumplir o promover la imagen pública?

Identidad y diversidad dentro del problema Israelo-Palestino

Reformas de estado y operatividad

El peso de los hábitos en la política mexicana

Cultura y fe

Diálogo entre Liberalismo y Socialismo

El espíritu religioso

Israel ¿una democracia?1

Rescatar a la cultura con “C” mayúscula

Redefiniendo el concepto de cultura

Efectos de la primacía de una cultura

Mensajes de la Shoá para la contemporaneidad

Apañando a las jovencitas antes que caigan

Empoderamiento de la mujer dentro del ejército Israelí

Árbol de olivo

Los Armenios de Israel

Compromisos cumplidos, labor de WIZO en México

Israel ¿una democracia?